El sueño de la Roja sub. 20 y el mal de la prensa triunfalista

Sin duda que esta selección chilena ha regalado buenos momentos, sobre todo en la primera parte del torneo. Las cuatro victorias al hilo, sumado al orden y a ratos buen juego colectivo, no sólo ilusiona al hincha nacional, sino que además, generó una buena crítica por parte de los medios internacionales, destacando nombres como Nicolás Castillo (Universidad Católica), Bryan Rabello (Sevilla), Igor Lichnovsky (Universidad de Chile), Darío Melo (Palestino), todos artífices de un equipo compacto que ha sabido mostrar lo que el técnico Mario Salas quiere plasmar en la cancha.

Sin embargo, aquella que parecía ser una tarea fácil, en la segunda parte del torneo se fue desorientando, donde la sub. 20 no ha mejorar algunas falencias fundamentales mostradas durante la ronda grupal.

La más visible y sin duda, la más perjudicable para el equipo, son las seis tarjetas rojas en la misma cantidad de partidos jugados, sumado a la gran cantidad de cartulinas amarillas. Número que no sólo nos pone como el elenco más sucio e indisciplinado del certamen, sino que también se ha convertido en un problema que le impide al combinado nacional mostrar todo su potencial, perjudicando con ellos el rendimiento del equipo, en una etapa en la cual cada partido se juega como una final.

Y si bien se habla de un mal manejo del temperamento propio de la edad de los seleccionados, llama la atención que en los grandes medios de comunicación, el tema se vea tan sencillo, donde muchas veces más allá de realizar una crítica constructiva y alarmante, se hace vista ciega, generando un ambiente triunfalista que sólo genera ilusión, pero que no ayuda a comprender la real importancia que tiene para nuestro país asistir a un mundial, y más aún, la formación de una generación que dentro de pocos años representará a Chile en eventos aún más grandes, y que hasta el momento, se hace conocer por estos actos de indisciplina.

Un ejemplo claro: Año 2011, y la selección de Claudio Borghi llegaba como favorita a la Copa América de Argentita. El pasar la primera fase con buen rendimiento, le permitió a la “Roja” enfrentar a Venezuela, un rival totalmente abordable, y que pocas veces ha sabido de victorias ante Chile.

Esto generó un clima de triunfo antes del encuentro, donde para muchos periodistas y líderes de opinión, el equipo ya se instalaba con facilidad entre los cuatro mejores del torneo, sin destacar los distintos problemas defensivos exhibidos en los primeros partidos. ¿El resultado? Venezuela da la sorpresa y nos vence por 2-1. La caída fue sin duda dolorosa, y los medios no se hacen responsables.

El llamado es a confiar, a creer, a seguir y a disfrutar cada momento de este campeonato que hasta el momento nos da opciones para estar nuevamente en la máxima cita del fútbol. Pero ojo, hágalo con cautela, siempre teniendo en cuenta tanto las virtudes que son muchas, como también los errores que se deben mejorar con urgencia. No con triunfalismo extremo que muestra la prensa, y que muchas veces nos ciega, nos ilusiona, y después nos hace caer con fuerza.

Por Marcelo Jara, periodista diario Tropezón y diario La Cuarta
Sección Deportes.

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