Camila, sobrina de una de las víctimas y pareja del principal acusado, tenía 17 años cuando ocurrió el crimen. La Fiscalía pide para ella una pena de 10 años de internación, en medio de una investigación marcada por un posible acto de canibalismo.
Un doble homicidio ocurrido en la comuna de Pudahuel ha conmocionado a la Región Metropolitana y al país completo, no solo por la brutalidad del crimen, sino por una arista escalofriante que podría convertir el caso en el primer antecedente de canibalismo documentado en Chile.
Las víctimas fueron identificadas como Bernarda Morales (45) y su pareja Arturo, cuyos restos fueron encontrados casi dos meses después del crimen, ocurrido el 15 de septiembre de 2023. La policía ubicó los cuerpos el 8 de noviembre, enterrados en un sitio eriazo cercano a la Ruta 68, en el sector de Claudio Arrau con Isla Portezuelo.
Las primeras pericias apuntan a que el doble asesinato se cometió en una casa tomada, utilizada como centro de acopio y venta de drogas. Según la indagatoria, Benjamín Bordillo Catrimán, principal acusado, habría usurpado el inmueble, expulsando al dueño —un hombre con adicción— a una pieza secundaria. Allí se habría concretado el crimen.
Una llamada reveladora y el inicio del espanto
Una llamada telefónica de 20 minutos, recibida por los familiares de Bernarda, fue primordial para dar con el paradero de las víctimas. En esa conversación, uno de los involucrados confesó detalles crudos del doble asesinato: “El Benja los tenía ahí, los tenía secuestrados y les pegaba. Después se le pasó por la mente (…) Al Arturo lo degolló entero. A ella también, todo lo mismo”.
El relato llevó a la familia a entregar los antecedentes a la policía, lo que permitió iniciar la búsqueda en el sector donde finalmente fueron hallados los cuerpos. Sin embargo, lo más perturbador surgió al conocerse declaraciones que aluden directamente a prácticas de canibalismo.
Testimonios estremecedores: asado con restos humanos
Una vecina del sector, identificada como Viviana, entregó un testimonio que sacudió la investigación. Aseguró haber presenciado “asados” en los que se habría cocinado carne humana. “Hicieron como dos asados… uno era un pedazo de torso. Era carne de una persona”, declaró.
La versión coincide con lo relatado por Catherine Saelzer, hija de Bernarda, quien reconstruyó los pasos seguidos por los asesinos tras el crimen. “La tuvieron enterrada en la casa, en el patio. Después la desenterraron y la asaron en la parrilla, justo para el 18 de septiembre. Varios vecinos sintieron el olor porque ya era carne descompuesta”, dijo.
“Mi mamá me la asaron, me la descuartizaron, la enterraron en el patio y después la llevaron a otro lugar. Le faltan partes del cuerpo, no está entera”, agregó entre lágrimas, exigiendo justicia ante un crimen de una crueldad indescriptible.
La sobrina acusada y el rol de los menores en el caso
Entre los formalizados figura Camila, pareja del principal acusado y sobrina de Arturo, una de las víctimas.
En el momento del crimen tenía 17 años, lo que llevó a la Fiscalía a solicitar para ella una pena de 10 años de internación provisoria, a diferencia del resto de los acusados, para quienes se pidió presidio perpetuo.
El 9 de noviembre de 2023, la policía logró la detención de Benjamín Bordillo, junto a otros tres involucrados. Todos fueron formalizados por secuestro con homicidio, en un caso que ya es considerado uno de los más impactantes en la historia reciente del país.
Por Cristián Carrión N.