El efecto Dunning-Kruger en el karate: una lección de humildad y autoconocimiento

El efecto Dunning-Kruger en el karate: una lección de humildad y autoconocimiento
Ignacio Alarcón Benavides –  Profesor de Karate-DO C.N. 5° Dan

Como abogado y profesor de karate, he tenido el privilegio de experimentar cómo esta disciplina moldea no solo el cuerpo, sino también la mente y el carácter. Dentro de este camino, se puede observar el efecto Dunning-Kruger, un fenómeno psicológico que describe cómo las personas con poca experiencia o conocimiento tienden a sobreestimar sus habilidades, mientras que aquellos con mayor competencia suelen subestimarlas. Esta falta de autoconciencia contradice uno de los principios fundamentales del karate: la humildad.

Relación con el karate.

Practicantes novatos con exceso de confianza:

En el dojo, es común encontrar estudiantes que, tras aprender algunos katas o técnicas básicas, creen que han dominado el arte. Esta percepción errónea refleja el efecto Dunning-Kruger: una sobrevaloración de habilidades debido a una falta de perspectiva sobre la profundidad del karate, que es un compromiso de por vida.

Falta de autoconciencia:

Aquellos que carecen de herramientas para evaluar su progreso real pueden mostrarse arrogantes, subestimando a otros o incluso cuestionando a maestros más experimentados. Es aquí donde el rol del sensei se torna esencial para guiar al estudiante hacia una autocrítica constructiva.

Modestia en los expertos:

Los maestros y practicantes avanzados comprenden la inmensidad del karate y son un ejemplo de humildad. Recuerdo con profundo respeto a mi maestro, Toshiro Sasaki Fujino (que en paz descanse), quien me enseñó no solo técnicas, sino también lecciones de vida. En una ocasión, mientras practicábamos un kata avanzado, le pregunté cómo, después de tantos años, aún encontraba espacio para mejorar. Con una sonrisa serena, me dijo:

“A medida que se oscurece el cinturón, se aclara la mente. El karate es como la vida: cuanto más sabes, más comprendes lo que te falta por aprender.”

Esa reflexión quedó grabada en mi corazón como un recordatorio constante de la importancia de la humildad y el aprendizaje continuo.

Enseñanzas del karate contra este efecto

El karate, practicado con sinceridad, cultiva valores como la autodisciplina, el respeto y la humildad. Estos principios ayudan a los practicantes a reconocer sus limitaciones, enfocándose en el crecimiento personal en lugar de buscar validación externa.

Como profesor, considero esencial identificar actitudes de exceso de confianza en mis alumnos. A través del ejemplo, las enseñanzas y el rigor del entrenamiento, los guío hacia un equilibrio entre confianza y modestia. Como dice el proverbio japonés:

“Cuanto más crece el bambú, más se inclina hacia el suelo.”

Otra enseñanza que suelo compartir con ellos es:

“El agua que se detiene, se estanca; la que fluye, se purifica.”

Y también:

“La espada que no se usa, pierde su filo.”

Estas frases reflejan la importancia de mantener la mente y el espíritu en constante evolución, siempre abiertos al aprendizaje.

La progresión de los cinturones: un viaje hacia la humildad

En el karate, los cinturones no solo reflejan habilidades técnicas, sino también el desarrollo del carácter. Este viaje, desde el cinturón blanco hasta el negro, está profundamente relacionado con el crecimiento personal y la superación de las ilusiones de conocimiento parcial.

El cinturón blanco: la humildad inicial

Los principiantes suelen comenzar con una actitud humilde, conscientes de que están iniciando el camino. Sin embargo, a medida que aprenden los movimientos básicos, algunos pueden caer en el efecto Dunning-Kruger, sobreestimando sus habilidades y creyendo que ya “saben karate”.

Los cinturones intermedios: la zona de mayor riesgo

En niveles como el amarillo, naranja o verde, el practicante adquiere cierta fluidez técnica, pero carece de una comprensión profunda. Esta etapa es especialmente propensa al efecto Dunning-Kruger, ya que el estudiante aún no ha desarrollado una visión completa de lo que desconoce.

El cinturón negro: un nuevo comienzo

Alcanzar el cinturón negro marca el inicio de una comprensión más profunda del karate. En este punto, el practicante experimentado reconoce que el aprendizaje nunca termina. El cinturón negro no es el fin del viaje, sino un compromiso renovado con la disciplina y la humildad.

Enseñanza final

La verdadera grandeza en el karate no se mide por el color del cinturón, sino por la capacidad de reconocer nuestras limitaciones y esforzarnos constantemente por mejorar. En mis clases, siempre recuerdo a mis alumnos que:

“El cinturón es solo un pedazo de tela; lo que importa es lo que llevas en el corazón.”

Esta filosofía no solo guía mi enseñanza en el dojo, sino también mi trabajo como abogado, donde la autocrítica y la humildad son esenciales para crecer profesional y personalmente.

Columna de Opinión:  Ignacio Alarcón Benavides –  Profesor de Karate-DO C.N. 5° Dan – www.karatewkf.cl

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