¿Un Chile con identidad perdida o un país atrapado en la esquizofrenia ética de su clase política?

¿Un Chile con identidad perdida o un país atrapado en la esquizofrenia ética de su clase política?

Chile, un país que alguna vez se definió como “pobre pero honrado”, ha cambiado profundamente. Recordamos un pasado donde las micros como Tropezón, Bilbao Lo Franco, y Pedro de Valdivia 3A y 3B, multicolores y desbordantes, simbolizaban una sociedad con identidad. Era otro Chile, uno más humilde pero cargado de valores. Sin embargo, hoy enfrentamos una realidad en la que la ética parece haberse diluido entre intereses cruzados y escándalos políticos.

La ciudadanía, como bien señalaba un seguidor, lleva décadas esperando transparencia, verdad y respeto al ordenamiento jurídico, pero los hechos han demostrado que la casta política, tanto de izquierda como de derecha, ha optado reiteradamente por negociaciones que solo perpetúan las crisis. Desde los Pinocheques de Aylwin, pasando por el MOP-GATE de Lagos, los casos Caval de Bachelet, hasta los escándalos Cascada y Dominga de Piñera, todas las administraciones han estado manchadas por conflictos de interés, cohecho y corrupción.

En el caso Monsalve, vemos nuevamente cómo los hechos, las declaraciones y las evidencias sugieren una grave falta de acción. Mientras el Estado predica igualdad ante la ley, la realidad muestra privilegios que hacen que conceptos como justicia y equidad se vuelvan ilusorios para muchos.

¿Dónde está el feminismo chileno ante estas denuncias? ¿Dónde están las marchas, los cuerpos pintados y las manifestaciones que alguna vez sacudieron nuestras calles? El silencio, en este caso, ha sido ensordecedor, y las promesas de igualdad han quedado reducidas a retórica vacía.

Como abogado y ciudadano comprometido con la verdad y la justicia, hago un llamado a reflexionar sobre el tipo de sociedad que queremos construir. No podemos seguir normalizando la desigualdad ni permitiendo que los derechos de las personas sean vulnerados sistemáticamente. Es tiempo de hablar claro y de exigir un Chile donde la ética sea más que una palabra y la justicia no sea privilegio de unos pocos.

Columna de opinión de: Ignacio Alarcón, abogado y vecino de Pudahuel –   asesoriasjuridicas.cl

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