A sus 55 años, Cristián Mallea Ortega, militante de Renovación Nacional, asume el desafío de representar a una comuna popular como Pudahuel. Su trayectoria como líder sindical en ferias libres, su conexión con la comunidad y su voluntad de transparencia son los pilares de su propuesta para los próximos cuatro años.
Pudahuel, Santiago de Chile. 28 de noviembre 2024. Cristián Mallea Ortega, de 55 años, fue elegido concejal por la comuna de Pudahuel en la reciente elección municipal, representando a Renovación Nacional, partido que, por primera vez, obtiene un escaño municipal en Pudahuel. Nacido en Quinta Normal, Mallea es hijo de María Ortega, quien, según sus propias palabras, le inculcó algo valioso a nivel personal: “la educación que tiene hoy en día y sus estudios”.
En su juventud, realizó el servicio militar en Arica, en el Regimiento Rancagua, donde vivió un episodio desafortunado que lo obligó a regresar a Santiago. Durante años, trabajó en ferias libres, desarrollándose en paralelo como líder sindical. Antes de la elección, sufrió un accidente en el que perdió un dedo tras una maniobra en altura con una galleta que saltó y le causó una grave herida. A pesar de ello, se le ve optimista y con muchas ganas de servir a la comunidad.
Desde el restaurante de comida árabe “Bazzi”, ubicado en El Descanso #1400, lugar que marcó su trayectoria hacia la municipalidad, el concejal electo conversó con Tropezón sobre su vida y experiencia en el camino que lo llevó a convertirse en dirigente en una comuna popular.
Entrevista
Tropezón: ¿Cómo se vinculó a la comuna de Pudahuel?
Cristián: He pasado mucho tiempo en la Villa de Nacimiento, y también tengo una prima que vive allí. Me inicié como dirigente cuando fundé mi primer sindicato, en el que fui presidente hace unos 15 o 20 años. Creé el primer sindicato de Alaska en 2008, si no me equivoco, o incluso antes. Comenzamos con 37 asociados y, durante la época del exalcalde Johnny Carrasco, llegué a tener 13 agrupaciones a mi cargo. De estas, logramos obtener mil permisos en el Persa “Cachureo”. Estas agrupaciones abarcaron calles como San Francisco, Lago Ontario y La Encíclica, entre otras. En ese entonces, la economía estaba muy mal, y ese movimiento fue un punto de partida para muchas personas.
Tropezón: ¿Qué le hubiera gustado estudiar o desarrollar como proyecto? ¿Siempre soñó con ser dirigente?
Cristián: Cuando llegué a Santiago, trabajé en una agencia de aduanas durante cinco años. Luego, trabajé en un buffet de abogados, pero la crisis económica dejó a mucha gente sin empleo, y ahí fue cuando comencé a trabajar en el Persa Teniente Cruz. Al principio, empecé vendiendo ropa americana con una bicicleta, un carrito y una mochila. En ese tiempo, había poca gente que traía ropa americana, así que conseguía buenos proveedores que enviaban directamente desde Iquique. El persa en esa época era de tierra, y vendíamos casi a escondidas. Esto debió haber sido alrededor de 2006 o 2008.
Tropezón: ¿Cómo fue el inicio del sindicato en el Persa Teniente Cruz?
Cristián: Fue un tiempo complicado. Comenzamos con 37 asociados y armamos el primer sindicato para regular la situación de los vendedores ambulantes. La idea era organizar a la gente y ayudarles a obtener permisos municipales.
Tropezón: En su experiencia, ¿desarrolló valores como la libertad económica y el esfuerzo o ya los tenía desde antes?
Cristián: Al principio fue difícil. Trabajar en la calle, empezar con un pañito en el piso y ver qué vender era algo nuevo para mí. Pero, en la crisis económica de los años 80, fue mi único sustento, ya que acababa de nacer mi hija. Aprendí a invertir, conocí proveedores y entendí cómo funcionaba este mundo.
Tropezón: ¿Está casado? ¿Tiene hijos?
Cristián: Nunca me casé. Tuve una hija durante una convivencia, que hoy tiene 29 años y es profesional. Me separé de su madre y, tiempo después, tuve otra pareja con quien viví en Pudahuel. Fue en ese periodo cuando comencé mi vida sindical.
Tropezón: ¿Cuál es el propósito de crear un sindicato para usted?
Cristián: Formalizar a las personas, reducir la informalidad y que el municipio tenga un padrón claro. Esto permite a los trabajadores acceder a permisos municipales, proyectos, créditos y oportunidades de crecimiento económico.
Tropezón: ¿Qué planea hacer como concejal al asumir el cargo?
Cristián: Quiero fiscalizar que los recursos lleguen a donde deben estar. Si es necesario, realizar auditorías y abordar las necesidades de la comuna, principalmente seguridad, aunque eso depende más de la Delegación Presidencial que del Concejo. También quiero trabajar con las organizaciones sociales en terreno, ayudándoles a formular proyectos y mejorar su infraestructura.
Tropezón: ¿Qué espera lograr en estos cuatro años?
Cristián: Mi objetivo es que la ciudadanía conozca el trabajo que realizamos, especialmente en apoyo a los emprendimientos y las pymes. Quiero ser un canal de información para que las personas sepan en qué se invierte y cómo participar en proyectos.
Tropezón: ¿Pretende trabajar con congresistas para promover proyectos?
Cristián: Sí, quiero apoyar iniciativas que beneficien a la comunidad, especialmente en temas de salud, seguridad y capacitación. Además, buscaré coordinar esfuerzos entre el municipio, el Gobierno Regional y la ciudadanía para garantizar que los proyectos sean viables y se ejecuten correctamente.
Tropezón: ¿Cómo se define en tres palabras? Cristián: Perseverante, confiable y transparente.
Por: Sebastián Espíndola y Alfredo García
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