A cinco años del estallido: entre la memoria y el desencanto

A cinco años del estallido: entre la memoria y el desencanto

Diario Tropezón estuvo presente en la convocatoria de la conmemoración del quinto aniversario del estallido social en Plaza Dignidad, relatando lo vivido en una jornada de alta temperatura y profunda memoria colectiva.

Pudahuel, Santiago de Chile. 18 de octubre 2024.   El 18 de octubre de 2019 marcó un antes y un después en la historia reciente de Chile. Dependiendo del sector socioeconómico, geográfico o político, las visiones sobre esta fecha varían considerablemente. Para algunos, es un día que merece ser olvidado, pues desde entonces el país experimentó pérdidas significativas, así como un incremento en la violencia y la delincuencia. Para otros, es una fecha de conmemoración, en honor a quienes lucharon por diversas demandas sociales que aún persisten, y también a quienes sufrieron violaciones a los derechos humanos.

Desde una postura imparcial, en Diario Tropezón estuvimos presentes en esta conmemoración llevada a cabo en Plaza Italia —rebautizada popularmente como Plaza Dignidad— para narrar los hechos ocurridos en una calurosa tarde que superó los 30 grados.

Entre las 12 y 13 horas, en la intersección de Avenida Providencia y Plaza Baquedano, se realizó una exposición fotográfica con imágenes tomadas en los momentos más álgidos del estallido social. Este espacio atrajo la atención de turistas y ciudadanos que transitaban por el sector.

Las fotografías, dispuestas en atriles de madera, permitían apreciar con claridad la calidad y el detalle del trabajo de los fotógrafos, quienes lograron capturar momentos icónicos de las protestas y manifestaciones de 2019. Sin duda, una excelente manera de mantener viva la memoria de aquellos días que marcaron un punto de inflexión en la historia del país.

Acercándose las 15:30 horas, pudimos conversar con personas que ya se encontraban en la plaza, mostrando sus carteles con demandas sociales. Una profesora adulta mayor, quien prefirió no dar su nombre, nos contó que estaba en el lugar protestando por las injustas pensiones que reciben los jubilados. A pesar de haber estudiado dos carreras profesionales, su pensión es de apenas 227 mil pesos.

“Me parece que la gente se quedó con la euforia del momento y se olvidaron de luchar”, dijo la profesora, agregando un llamado a los jóvenes a ser más conscientes. “La educación siempre te abre un mundo, y no es el del narcotráfico, como les digo a mis alumnos, sino el de ayudar a los otros, a los pobres y al barrio.”

Cerca de las 17:00 horas, comenzó a llegar un mayor número de manifestantes, especialmente convocados para protestar contra la nueva Ley de Cumplimiento Tributario. Con más energía, los presentes bloquearon parte de Avenida Providencia, entonando cánticos en contra de Carabineros, del gobierno del presidente Boric y recordando a los fallecidos durante el estallido social.

En medio de la tensión, conversamos con una mujer de la brigada de salud y primeros auxilios, encargada de asistir a los afectados por los gases lacrimógenos. “Este gobierno se suponía que iba a resguardar los derechos humanos, pero no ha sido así. Esto es como una continuidad del gobierno anterior. Nosotros estamos aquí para contener a la gente que lucha por cambiar esto, la que se atreve a salir”, comentó.

También señaló: “No tengo tanta fe en que llegue mucha gente, pero los que estamos, estamos convencidos de que no es borrón y cuenta nueva. Es cosa de mirar aquí, no dejaron ningún espacio para recordar a los caídos, como si no hubiera pasado nada, y aquí ocurrieron una cantidad exorbitante de violaciones a los derechos humanos.”

Aunque se esperaba una gran afluencia de personas, especialmente debido a las nuevas demandas sociales de este año, como la crisis de seguridad, las expectativas no se cumplieron. A las 17:30 horas, un amplio despliegue de Carabineros en motocicletas rodeó a los manifestantes, lo que provocó rápidamente el descontento de los presentes.

Los carros lanzaagua, que hasta entonces se mantenían a distancia, se acercaron para dispersar a las personas, aunque no eran muchas ni estaban realizando disturbios. Esto desencadenó la reacción de algunos manifestantes, quienes lanzaron piedras y botellas, lo que generó una respuesta más dura de Carabineros, quienes dispararon gases lacrimógenos, dispersando a la multitud. A pesar de algunos intentos por resistir, la superioridad numérica de las fuerzas policiales prevaleció, y la mayoría de los manifestantes abandonó la plaza.

A cinco años del estallido social, las heridas siguen abiertas, y la conmemoración de esta jornada en Plaza Dignidad es reflejo de las divisiones y frustraciones que aún persisten en el país. La baja convocatoria, las demandas inconclusas y la presencia intimidante de las fuerzas policiales ilustran cómo la esperanza inicial ha dado paso al desencanto. Aunque las demandas siguen vigentes, el fervor popular se ha debilitado, mostrando un Chile donde el descontento social sigue latente, pero sin la fuerza colectiva que una vez lo impulsó.

Por: Javier Pardo y María Fernanda Barría

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