¿Hasta el próximo 25 de noviembre?

¿Hasta el próximo 25 de noviembre?
Cristian Norambuena

Nos encontramos cada año, el 25 de noviembre y puedo sumar el 8 de marzo, con líderes, activistas, empresas, organizaciones de la sociedad, universidades y personas de todos los tintes en el espectro nacional hablando del enorme compromiso que tienen por combatir la Violencia en contra de la mujer. Cuando tienen un poco más de tiempo, en un par de ocasiones al año vuelven a tocar el tema, o cuando lamentablemente ocurre un femicidio mediático sacan a relucir sus pañoletas de distintos colores.

Se trata solamente de actos políticamente correctos, que no hacen otra cosa que evidenciar la falta de compromiso real con una agenda a favor de los derechos de las mujeres y de trabajo a favor de una cultura de paz y respeto hacia las mujeres y las niñas, por parte de quienes en estas fechas se envuelven de naranja -o morado- para la foto.

El resto de año demuestran en sus acciones y decisiones cotidianas que sus palabras de interés son coyunturales y siempre y cuando haya una cámara que les tome una foto para hacer visible lo que sus acciones el resto del año demuestran: nulo compromiso con la erradicación de la violencia de género.

Nuestros líderes deben entender que la violencia en contra de la mujer se trata de una realidad permanente y que hay que reconocerla para resolverla de raíz y no sólo una vez al año el 25 de noviembre, usando un moño naranja.

Cuando los municipios de verdad se comprometan, los más grandes con recursos propios y los más pequeños con ayuda del estado, en la implementación eficiente de un acompañamiento efectivo a mujeres con medidas cautelares vigentes, mediante visitas periódicas a sus hogares con profesionales de salud mental, abogados y monitores, etc. les demostrarán a sus agresores algo que es el punto de inflexión en la dinámica de la violencia, que esa mujer no está más sola, no está más vulnerable, pues cuenta con una red de apoyo, lo que hace que ese agresor se aleje.

El estado traduce su ayuda en combatir la violencia en contra de la mujer con presupuestos irrisorios, en el propio Ministerio de la Mujer y Equidad de Género trabajan mujeres a honorarios, sin contratos, sin previsión, sin pre y post natal, a la deriva; y si esto ocurre en el Ministerio de la Mujer, ¿que podríamos esperar de otras reparticiones o incluso en la empresa privada?

No basta con marchar el 25 de noviembre, ni portar el pañuelo morado o naranja, no basta con hacer spots publicitarios que lo único que persiguen es levantar el ego de sus protagonistas, no basta con hacer campañas costosas para la TV, se requiere de verdad acción, compromiso y lo más importante ponerse en sus zapatos.

Cristian Norambuena

Abogado