Como sociedad, es parte de un aprendizaje colectivo reconocer hasta las mínimas formas de violencia contra la mujer para denunciarlas de inmediato. La sombra de la vejación, de la humillación y, finalmente, de la muerte crece en el silencio. De lo que llevamos de 2021, 43 mujeres han muerto por femicidio. En tiempo de fiestas, las familias pueden no ser el lugar más seguro para algunas mujeres y podrían representar un riesgo mayor para quienes viven situaciones de violencia por parte de su agresor, es el oscuro y vergonzoso reverso de lo que debería ser una fiesta en familia y que, en una absurda mezcla de celos, licor y armas de fuego, termina en sangre.
El Estado y la sociedad Civil, aún no toma en serio la Violencia contra la mujer, pues aún ellas se encuentran con un muro al momento de denunciar luego de años de sufrimiento, Transformar ese muro en un abanico de posibilidades para ellas tras la denuncia es el objetivo principal.
Ni las pulseras, los números de emergencia, las tobilleras, los botones de pánico, ni las llamadas prioritarias detendrán a un agresor en la consecución de su objetivo fatal. Solo el acompañamiento efectivo a mujeres que están con medidas cautelares puede salvarlas de la muerte, que no se sientan solas después de denunciar, que tengan acompañamiento letrado, psicológico y social de verdad puede hacer la diferencia.
No más violencia contra la mujer.
CRISTIAN NORAMBUENA
JEFE MEDIACIÓN FAMILIAR
Municipalidad de Las Condes
