Obispo Aós a nuevos sacerdotes: “No traten nunca, nunca de justificar la maldad, el pecado y la mentira

Obispo Aós a nuevos sacerdotes: “No traten nunca, nunca de justificar la maldad, el pecado y la mentira
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Con una emotiva ceremonia en la Catedral de Santiago, Raúl Bascuñán y Patricio Burich fueron ordenados sacerdotes este sábado 27 de abril. La eucaristía  fue presidida por monseñor Celestino Aós, Administrador Apostólico de Santiago.

Tras ocho años de formación en el Seminario Pontificio Mayor de Santiago, Raúl Bascuñán y Patricio Burich, fueron ordenados sacerdotes ante una Catedral de Santiago repleta por familiares, amigos, sacerdotes, consagradas y laicos. La ordenación comenzó a las diez de la mañana y fue encabezada por el  Administrador Apostólico de Santiago, monseñor Celestino Aós, quien les entregó un potente mensaje a los nuevos presbíteros.

“Ustedes se ordenan sacerdotes hoy, aquí en la Iglesia de Santiago, y para la Iglesia de Santiago. Ustedes conocen los problemas que vivimos, que nos afectan, que tenemos que encarar. No traten nunca, nunca de justificar la maldad, el pecado, la mentira, pero no olviden tampoco nunca que el Señor Jesús ama y redime a los pecadores. Jesús vino y Jesús los envía a ustedes a los enfermos, a los pecadores. Hoy es admirablemente hermoso ser cristiano, poder decir creo en Jesucristo, yo formo parte de la Iglesia. Hoy vale la pena ser sacerdote, reconocer las maravillas de Dios en medio de su pueblo”, les dijo el pastor.

Además dijo a los asistentes: “Cada sacerdote, con su historia, con sus virtudes, con sus limitaciones, con sus pecados, es un don de Dios a la comunidad Cristiana. Quieran a sus sacerdotes, recen por ellos, ayúdenlos con una crítica leal y de frente, nunca, pero nunca por el chismorreo”.

Al finalizar su homilía, monseñor Celestino Aós expresó: “Tenemos que ser confiados y tenemos que enriquecer a los demás haciéndoles nuestra oferta. Nosotros tenemos una mirada y un mensaje sobre el trabajo, sobre la amistad y el amor, sobre el matrimonio y la familia, sobre la lealtad y el respeto a la intimidad del otro, intimidad de conciencia que la Iglesia respeta tan profundamente que jamás nadie podrá obligar a un sacerdote a que quebrante el sigilo de la confesión. Lo que ocurre en el confesionario, cuando usted se confiesa, ocurre entre Dios y usted, a través de la mediación de la iglesia, a través del sacerdote. Esto es santo es y sagrado, y no es transable”.

Tras la ordenación el padre Patricio Burich, emocionado, recalcó la importancia del llamado de Dios: “Con una alegría tremenda, un gozo que desborda el corazón, Jesús me ha robado el corazón, estoy dispuesto a poder servirlo a él y poder anunciar su amor a todas las personas que lo necesitan. Cuando el Señor llama es imposible resistirse, le digo a los jóvenes que experimenten ese llamado, que escuchen al Señor, es un camino precioso”, finalizó.

Por su parte el padre Raúl Bascuñán se mostró agradecido y con ganas de ayudar a los demás: “Dios es muy bueno, estoy muy feliz, agradecido, con ganas de servirlos a todos en la Iglesia de Santiago. Espero poder acercar a la gente a Jesús. Dios a mi me ha rescatado, me ha salvado, me ha perdonado y quiero que el mundo sepa que Dios nos quiere mucho”.

Los nuevos sacerdotes seguirán trabajando en sus respectivas comunidades. Raúl Bascuñán en la Parroquia Jesús Carpintero de Renca y Patricio Burich, en la parroquia Santa Catalina de Siena, en la comuna de Ñuñoa.

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Por: Comunicaciones Arzobispado de Santiago