El mal olor de animales muertos, desperdicios de mariscos y pescados en descomposición, obligan al vecindario adyacente a cerrar puertas y ventanas, además, una escuela con alianza internacional de educación en el sector, también está afectada.
Cerro Navia, Santiago de Chile. 20 de febrero 2018. Tramo de vereda costado sur de Avenida Mapocho, entre Sauzal y Frutillar, está completamente cubierta con todo tipo de desperdicios impidiendo el libre paso de la gente que se ve obligada a transitar, con riesgo de su integridad, por la calzada que es de alto tráfico vehicular. Los conductores que se desplazan por esta arteria de poniente a oriente se ven reducidos a sólo una pista, ya que una de ellas está cubierta con desechos domiciliarios y tiene flujo de peatones caminando por dicho carril debido a la obstrucción.
Este basural colinda por su sector poniente con una de los establecimientos de educación más modernos de educación gratuita particular subvencionada, el “Cree”, escuela que mantiene una alianza estratégica con “The One World Network of Schools”, una institución cuyo fin es prestar apoyo a colegios en distintas partes del mundo, traspasando todo el conocimiento de los exitosos colegios KIPP de Estados Unidos. Por ello esta situación opaca el trabajo de esta instancia internacional y de la propia comunidad escolar.
Romina Riquelme Muñoz, quien vive junto a su familia en calle el Sauzal colindante a este basural, indicó: «aquí el mal olor es insoportable a animales muertos y restos de pescados y mariscos en descomposición, nosotros y los vecinos tenemos que tener nuestras puertas y ventanas cerradas, tenemos moscas y ratones por todas partes, ya no sabemos que más hacer, hemos pedido ayuda y denunciado en todos lados, nadie nos escucha», además aseguró que en el mes de enero de este año 2018 una mujer que se movilizaba en bicicleta murió al ser atropellada por un bus de tranSantiago, al tomar la vía por las obstrucciones de basura.
Otros transeúntes y vecinos del sector coinciden en afirmar la despreocupación del municipio por mantener una limpieza más fluida del lugar, sitio que se ha trasformado en un foco infeccioso para el vecindario, los transeúntes y la comunidad escolar del colegio Cree.
