Christopher Cáceres, de Pudahuel, y Gerson Molina de Cerro Navia, que estudiaron en el colegio San Mateo, y hoy siendo estudiantes de la Universidad de Santiago, crearon ProMedical 3D, un proyecto de fabricación de prótesis ortopédicas con tecnología de punta, que hoy beneficia a personas con alguna deficiencia física.
En Pudahuel hay varias mentes brillantes. Hombres y mujeres que han entregado su talento al bien social. Es el caso de Christopher Cáceres, de Pudahuel, y Gerson Molina de Cerro Navia, quienes hace algunos meses fundaron ProMedical 3D, donde fabrican prótesis ortopédicas.
Ambos se conocieron el 2012 en el colegio San Mateo de la comuna de Pudahuel, lugar donde comenzaron a desarrollar distintos proyectos de ingeniería con la motivación de César Díaz, su profesor. El primero con el que llegaron a competir fue un auto solar de tres metros, ganando el segundo lugar entre universidades y empresas.
“Después de eso, generamos un espacio de colaboración mutua llamado ITSM Maker Space. En ese laboratorio pasamos a otro auto mucho más grande y también construimos un satélite. Todo hecho por estudiantes que tenían entre 15 y 17 años sin educación universitaria con conocimientos de ingeniería de alto nivel”, contó Christopher.
Por temas administrativos, ITSM Maker Space no prosperó, pero eso no los detuvo. Una vez que Gerson entró a la USACH, durante el paro de 5 meses del año pasado conocieron a Denis Ogaz y a Sebastián Sanhueza, quienes trabajaban con un emprendimiento de impresoras 3D.
“Durante ese proceso hicimos varios eventos y llegamos a la FIIS (Festival Internacional de Innovación Social). En ese entonces vimos la noticia de las prótesis impresas en 3D, el cual estaba realizando la Teletón. Al ver la noticia, dijimos: ‘acá está la tecnología, tenemos el espacio, tenemos las herramientas. Nosotros también queremos ayudar’. Nos dirigimos a la Teletón y nos cerraron las puertas”, dijo Cáceres.
“Decidimos que, si no nos iban a apoyar, nosotros íbamos a tener que seguir de forma que logremos ayudar con esto que sabemos y donar prótesis. Las personas necesitan una mano ahora”, sentenció.
En un principio no contaban con muchos fondos, pero vendiendo algunas cosas y trabajando consiguieron el dinero que necesitaban para comprar la impresora, y así nació Pro Medical 3D. El uso de esta tecnología permite una fabricación de muy bajo costo, comparado con el método tradicional que produce prótesis que rodean los doce millones de pesos. En cambio, una impresa en 3D apenas llega a los cien mil.
Uno de los casos más recientes al cual han podido ayudar es el de María Paz Villarroel. Nació con una malformación congénita en su mano derecha, y a sus 25 años está terminando la carrera de ingeniería ambiental en Osorno. Decidió escribirles a los jóvenes cuando tuvo que comenzar su tesis de pre grado, ya que necesitaba trabajar en el laboratorio con las dos manos y necesitaba una solución concreta.
“Cuando contacté a los chicos me sorprendió su motivación y sus ganas por ayudarme. La prótesis la tengo desde septiembre y he podido hacer muchas cosas que nunca antes pude. Además, el diseño es genial. Me preguntaron si había algo que me gustara y les hable al tiro de Mega Man”, dijo María Paz, quien, a pesar de que aún no ha ido al laboratorio a probar la prótesis, aseguró que en su casa ya ha ensayado con algunos materiales y quedan bien sujetos.
Para contactarlos, es posible enviar un mensaje directamente a la página de Facebook ProMedical 3D y llenar un formulario disponible en la misma plataforma, donde se evalúa caso a caso.
