
Un pudahuelino, ya pasados los sesenta años, este 2013 se enfrentó al desafío de terminar su enseñanza media. Se adhirió al sistema dos por uno y en marzo, en un colegio ubicado en Avenida Laguna Sur, inició esta ansiada y postergada tarea. Al principio, tuvo muchos temores y dudas respecto a cómo sería su desempeño en este ámbito, tan ajeno a sus rutinas. Él había cursado hasta 7º básico, en una escuela sureña y en el siglo pasado…Sin embargo, extraordinariamente, obtuvo uno de los mejores promedios de su curso, un 6.3. Felicitaciones a ese hombre que venció sus miedos y creyó en sus capacidades.
Cada día más adultos mayores se están implicando en actividades que anteriormente les eran vedadas por prejuiciosos y restrictivos cánones “universales”, cuyo supuesto básico era que a cierta edad una persona deja de funcionar. Bajo esa drástica premisa, mucho/as se autocondenaron a la soledad y a la inutilidad de sus días. Por fortuna, hoy existen variadas oportunidades de desarrollo laboral, cultural, social y artístico a las cuales pueden acceder con relativa facilidad.
Estudiar en esta etapa estimula la vitalidad cerebral y previene la aparición de enfermedades mentales y físicas, favoreciendo una existencia saludable. Les permite sentirse activos y productivos, incluso descubrir aptitudes ignoradas. Con estos aprendizajes se renueva positivamente su autoconcepto, se amplifican sus herramientas comunicativas y se incrementan sus acercamientos afectivos. Reconocen que aún hay mucho por crecer y que es posible concretar viejos anhelos (que son lo único viejo).
Si bien la mente pudo haber sufrido algunos deterioros cognitivos (percepción, memoria, atención, concentración, etc.), la motivación y la experiencia son factores determinantes para combatir tales déficits. Desde la motivación, el deseo de aprender puede ser un impulso muy poderoso para superar diversas carencias y dificultades (falta de comprensión de alguna materia, cansancio, etc.). Es la aspiración de conseguir una meta la que induce a su realización.
Desde la experiencia, lo más probable es que en la historia personal de estos estudiantes hallemos actos heroicos de toda índole, por tanto, saben cómo resistir adversidades y buscar –y encontrar- las soluciones necesarias. Así, más que tener un cerebro apto para el estudio, lo que les lleva a triunfar es la voluntad de lograrlo. Esta voluntad posibilita y agiliza el rendimiento académico, mejorando las facultades para asimilar nuevos conocimientos.
Para aquello/as adulto/as mayores que se atreven a seguir viviendo intensamente: ¡¡¡ UN APLAUSO GIGANTE!!!!!. A mucho/as nos hace falta copiar sus ejemplos.
Pensando en ello/as, los invito a que usemos cada instante para avanzar y que ese avance sólo se detenga cuando se termine nuestro tiempo. No sabemos cuándo llegará ese fin, así que, aunque a veces las fuerzas se vuelvan débiles, continuemos hasta materializar nuestros sueños.
Marcia Bravo C./ Psicóloga Clínica e-mail: psicologa.pudahuel@gmail.com fono: 747 9660