A un año del 27 F: La historia desconocida de las ferias libres y Lo Valledor en el terremoto del 27 de febrero.

Ferias libres y lo Valledor, constituyeron el exitoso plan “B” que permitió llevar alimentación a la población de comunas y ciudades  afectadas.


El terremoto del pasado 27 de febrero no sólo afectó a nuestro país con pérdidas materiales y humanas, sino que transformó en primer actor al modelo de negocio más clásico y tradicional del país: las ferias libres. Ellas no solo respondieron con prontitud eficiencia, sino que, además, se convirtieron en un lugar donde la comunidad se reunió para saber qué acontecía con sus vecinos y parientes.

Aquel 27 de febrero Froilán Flores, Vicepresidente de ASOF, vivió el terremoto como la mayor parte de los 80.000 comerciantes de ferias libres del país, trabajando. “A esa hora me dirigía a Lo Valledor a comprar, justamente estaba echando combustible en la calle Vivaceta con Gamero, quedé sin luz y me fui para la casa, pero en el trayecto llevé a la gente porque estaban cerrando los pubs de la zona. Constaté que estaba todo bien en mi casa y me fui a Lo Valledor, compré y luego a la feria a trabajar. En Lo Valledor había luz gracias a un equipo electrógeno, de toda la zona sur era el único lugar donde había luz como de día”, sostiene.

En las zonas menos afectadas como la Región Metropolitana y Valparaíso, la mayoría de las ferias libres funcionaron sin grandes inconvenientes. Un catastro realizado por la ONG Espacio y Fomento (ESFO) constató, a dos semanas del terremoto, que al menos dos tercios de las ferias ubicadas entre la región Metropolitana y la Araucanía, donde se concentra un 85% del total de las ferias del país, estaban funcionando el último día de febrero y durante la primera semana de marzo. Al 4 de marzo de 2010 se comprobó que al menos 18 ferias funcionaron en las regiones del Maule y Bio Bio. Lograron activarse a días del terremoto a través de un trabajo de coordinación entre todos los actores del canal compuesto por la pequeña agricultura, centrales de abastecimiento y las ferias libres. Para el Presidente de ASOF, Héctor Tejada, la explicación es sencilla y tiene que ver con el modelo de negocio que desarrollan las ferias libres y el canal en general. “Las ferias libres estuvieron más preparadas que nadie para poder abastecer a la población. En primer lugar, porque las instalaciones mismas- dentro de la precariedad que podríamos decir- son de fácil acceso, van por la calle y, por lo tanto, no están sujetas a los efectos del sismo, como otras estructuras. Por otro lado, el hecho de trabajar en la calle nos prepara para una situación adversa, porque siempre estamos enfrentando situaciones complejas. Luego, otro factor es el tamaño del negocio, ya que la feria en sí maneja un gran stock, pero cada comerciante sólo una parte de ese stock con absoluta individualidad, entonces es muy difícil encontrar otra actividad comercial de estas características. Ello las convierte en un tipo de negocio que puede asumir rápidamente cualquier conflicto o una situación difícil. El modelo de negocio posibilita entregar tranquilidad de abastecimiento a la población en cualquier situación”. Además, Tejada estima que el terremoto validó el canal de las ferias libres como un modelo capaz de asumir el abastecimiento de la población en emergencias y de brindar la seguridad alimentaria, acorde a los parámetros de FAO, en el sentido de que el acceso al alimento debe ser en cualquier circunstancia y lugar.

El encargado ASOF del Bío Bío, Gustavo Aracena, recuerda que pese a lo acontecido los feriantes no dejaron de trabajar y que no hubo en las ferias situaciones de saqueos o robos, por el contrario se percibió mucha solidaridad entre los caseros y feriantes. “En Hualpén y Talcahuano las ferias funcionaron el día domingo 28 de febrero. Conseguimos abastecimiento local en un principio, de algunos sectores que cultivan verduras como cilantro, lechuga, repollo. Luego, la Vega Monumental funcionó bastante bien. Los supermercados fueron saqueados, como todos saben, y quedaron en el suelo. Lo más rápido que funcionaron fueron las ferias, estuvimos al segundo día operativas en la región”, destaca.

La coordinación con las principales centrales de abastecimiento, entre las cuales sin lugar a dudas tuvo un rol fundamental de iniciativa y liderazgo el Mercado Lo Valledor, para que se asegurara el stock de productos, y la capacidad de negociación de la ASOF con las autoridades en las ciudades más afectadas hicieron posible lo que pocos creían entonces: levantar la Vega Monumental en 4 días y conseguir que cerca de 600 comerciantes pudieran trabajar de noche en pleno toque de queda. Froilán Flores, a cargo de la comitiva que viajó a la región devastada, recuerda: “Una delegación de la ASOF arribó a Concepción, donde había mucho desorden, sin embargo los colegas estaban de pie, organizados y empezando a trabajar en sitios como Talcahuano, donde el mar entró por todos lados. Las calles, donde estaban funcionando las ferias, fueron las más afectadas y se hicieron pedazos. Nos reunimos de emergencia con un equipo, fuimos a ver en qué condiciones se encontraba la Vega Monumental que estaba funcionando, con una gran pérdida de mercadería, en medio del caos y en un clima de mucha desconfianza. Hablamos con el Gerente de la Vega Monumental y nos conectamos con Lo Valledor en Santiago para dar información a los productores de que la Vega estaba en un 70% funcionando y de que podían llegar los camiones. Hicimos un fuerte llamado a los productores de que la Vega estaba operativa y, con apoyo de los militares, nos escoltaron para empezar a abastecer a la población. Nos comunicamos con el jefe de plaza en Concepción y con la alcaldesa entonces, Jacqueline Van Ryselberghe, para que nos dieran los salvoconductos para que los feriantes pudieran trabajar tranquilos”.

Gonzalo Bravo, Administrador de Lo Valledor, también insiste en el normal abastecimiento desde Santiago que contribuyó en las primeras horas. Indica que a pesar de que hubo “baja en productos ese día lunes y martes, sin embargo dentro de la globalidad fue poco significativo en materia de abastecimiento. La gente vino normalmente y los embarcadores pudieron salir al sur con mercadería. Las demoras en las entregas de algunos productos fueron por problemas de acceso en las carreteras, pero al final se logró la llegada de varios productos”, destaca.

En el caso de la Vega Monumental de Concepción el mayor problema por superar fue la situación de insalubridad producto de las mermas de algunos productos hortofrutícolas que quedaron botadas y que fueron aplastadas por los muros. Sin embargo, a sólo 4 días la principal central de abastecimiento de la Región del Bio Bio funcionó al 50%, recibiendo apoyo de la ASOF, para permitir que funcionara de noche durante el toque de queda, y de Lo Valledor que aseguró mercadería en un principio. Con el objeto de brindar seguridad al transporte, los dirigentes de ferias libres consiguieron que los camiones fueran escoltados por fuerzas militares.

Para el Gerente de la Vega Monumental de Concepción, Sergio Molina, el modelo de negocio de las centrales de abastecimiento demostró con creces las ventajas comparativas con los supermercados, por ejemplo, en el sentido de poder seguir funcionando rápidamente debido a que contaban con sistemas eléctricos autónomos, al mismo tiempo refuerza que por naturaleza es más flexible y con capacidad de adaptarse a los conflictos. “Tenemos autonomía respecto a las modernas tecnologías de transmisión de datos e información del gran comercio, por ejemplo ya que frente a una crisis como ésta podemos seguir funcionando. Por otro lado, está la capacidad de adaptación porque la toma de decisiones y la reacción es más rápida. Nuestros clientes, que efectúan la compra y venta de productos, comprendieron las circunstancias. Pude conseguir agua y petróleo para poder echar andar los generadores eléctricos y tuve iluminación, logré alumbrar las calles y las bodegas. Con ello, la gente pudo resolver las necesidades operacionales. Somos más ágiles y tenemos mayor capacidad de respuesta frente a este tipo de emergencia. No es una teoría y quedó nítidamente demostrado con esta circunstancia”.

El canal funcionó gracias a la intervención de todas sus áreas y la colaboración de cada una de ellas, de la capacidad de negociación de la asociación (ASOF) a nivel político, de la responsabilidad de los comerciantes y del compromiso de las centrales y la colaboración de los productores. Así lo enfatiza el Gerente de la Vega Monumental: “Eso fue excelente, junto a la Asociación de Ferias Libres (ASOF) pudimos negociar con las autoridades del Bío Bío y fuimos al Ejército, para conseguir que se pudiera autorizar el desplazamiento por las calles de quienes hacíamos posible mantener en pié el canal”.

Todo hubiera sido un caos sin la presencia del canal ferias libres

Todos los actores de la cadena señalan que no cabe la menor duda que, sin el abastecimiento hortofrutícola y de otros productos de primera necesidad en las ferias libres los primeros días después del terremoto, el caos y la situación de pánico hubiera sido insostenible y la gente no hubiera podido satisfacer necesidades básicas de alimentación. Una situación que ha sido escasamente divulgada por las autoridades y medios de comunicación. “Habría sido un caos absoluto, más de lo que ya se estaba viviendo porque no existe otro canal para abastecer con productos perecibles en forma automática como nosotros. Los comerciantes no iban a vender, sino a prestar un servicio y eso está dentro de nuestro adn”, destaca Froilán Flores. Para el Presidente Nacional de ASOF, Héctor tejada, las crisis demuestran que las ferias libres son capaces de abastecer a la población con normalidad, durante una situación como ésta u otras, como feriados y días festivos, lo que las diferencia del funcionamiento de los supermercados. “Esto demuestra que las ferias podemos suplir en sucesos como éstos, y no es un eslogan sino la realidad”, señala.

Por su lado, para quienes acudieron a las ferias aquel 27 de febrero la compra se transformó en una experiencia de catarsis. Robinson Pinto, encargado ASOF en O´Higgins, señala que los “clientes vinieron a la feria a desahogarse, esto se convirtió en una verdadera plaza ciudadana. Por ejemplo, en Rancagua, los damnificados de Villa Cordillera llegaron a la feria Schneider ese día para constatar en qué condiciones estaban”. Gustavo Aracena, dirigente ASOF del Bío Bío, resalta el respeto natural que la ciudadanía le tiene a la feria. “Acá la gente compró y  a nadie le sacaron nada”.

Pese a todas las dificultades vividas, el canal feria cumplió con su rol de abastecimiento a la población y lugar de encuentro en las horas más difíciles, como lo fueron los días sábado 27, domingo 28 y la primera semana de marzo.

La solidaridad del sector

A días de ocurrido el terremoto la ASOF impulsó la Campaña solidaria “Chile: la feria siempre contigo” que buscó recomponer el canal feria libre dañado y colaborar con la familia feriante y personas afectadas en las ciudades más dañadas. De esta manera, los distintos sindicatos de feriantes realizaron diversas campañas solidarias en las que recolectaron víveres, dinero y productos hortofrutícolas. El 22 de marzo de 2010 se levantó la primera feria solidaria en el Paseo Bulnes en Santiago, recolectando más de $4 millones, donde los comerciantes colocaron su trabajo y organización; la central Lo Valledor dispuso la mercadería. La recaudación se transformó en toneladas de frazadas, juegos de lozas y algunos materiales de construcción que los feriantes fueron a dejar en una caravana que partió en abril rumbo a ciudades como Lota, Talcahuano, Talca y otras para finalizar esta actividad solidaria, donde los comerciantes además cocinaron a los damnificados y llevaron alimentos que escaseaban en esos días.

Pero no sólo en Santiago se armaron caravanas de ayuda sino que también en las regiones. El encargado ASOF en la Región de O´Higgins, Robinson Pinto, comenta que coordinaron ayuda al Maule, a Iloca y Duao, llevando ropa y alimentos a los 5 días del terremoto. En el Bío Bío, a pesar de que muchos comerciantes tenían sus viviendas en mal estado y estaban choqueados, acudieron a los lugares más afectados mediante operativos a las localidades, donde entregaron enseres y colaciones a los damnificados. “Fuimos a la población Santa Clara de Talcahuano y entregamos 450 almuerzos porque la gente era demasiada la afectada”, destaca Gustavo Aracena dirigente ASOF del Bío Bío.

Emblemática Constitución

La Feria Libre de Constitución tradicionalmente se ubicaba cerca de la costanera de la ciudad, pero con el terremoto el lugar y las herramientas de trabajo fueron arrasados por el mar. Los cerca de 300 feriantes perdieron estructuras metálicas, recientemente adquiridas por un proyecto de modernización de ferias, y sus triciclos. Sostienen que perdieron casi toda su infraestructura y los insumos guardados en estas bodegas, cerca del mar. Verónica Meza, Presidenta de la Agrupación Independiente de las Ferias Libres de Constitución, cuenta que pese a la debacle, pudieron levantar la feria gracias a dos compañeros que habían guardado-por casualidad- sus productos en sus camionetas. “Dejamos pasar dos días. Con algunos colegas, que habían dejado sus cosas cargadas en los vehículos, pudimos tener los primeros insumos. Con dos comerciantes empezamos a trabajar, porque había hambre y no había dónde comprar. Al principio los familiares nos facilitaron el dinero y así fuimos haciendo el capital. A pesar de que no había otro sitio donde comprar alimentos, mantuvimos los precios. Lo único que abasteció por un buen tiempo fueron las ferias, el comercio abrió con normalidad a los 6 meses y los supermercados a las dos semanas”, dice. Entre las pérdidas humanas, Verónica informa que al menos tres comerciantes perdieron la vida en el terremoto y muchos familiares se encuentran desaparecidos.

A pesar del dolor, la feria igualmente se instaló temporalmente en la Plaza de Armas, sitio donde llegaron vendedores de comercio establecido, agricultores y feriantes para proveer de insumos básicos a los constitutanos. Los feriantes fueron catalogados por los medios de comunicación  como el gran motor de la economía local.

La Presidenta de la agrupación, sin embargo, alerta que en la ciudad sus habitantes están muy desesperanzados porque la reconstrucción no ha tocado la ciudad. “Como feriantes a pesar de todo lo que aportamos, no hemos recibido nada de apoyo. Esperamos un proyecto Fosis de emprendimiento, pero hasta el momento nada”, sostiene. Producto de la desazón y la molestia, los feriantes constitutanos organizan una manifestación este sábado 26 de febrero, instancia en la que vestirán de luto en protesta por la falta de ayuda para la reconstrucción. Además, participarán de un acto en plena Plaza de Armas de la ciudad donde instalarán una mediagua y un baño químico. Participarán autoridades locales y organizaciones ciudadanas.

Algunas cifras

Las ferias libres son un total de 918 en todo el país. La venta total del sector al año se estima en U$ 2.000.000.000. Un 70% de la población en Chile se abastece de productos hortofrutícolas en las ferias libres. Un 60% del total de las ventas en las ferias corresponden a alimentos, un 28% a productos de uso personal y un 12% a artículos del hogar.  Representan cerca de la mitad del sector de EMT (Empresas de Menor Tamaño en el país) con una participación total del 30% de las ventas minoristas hoy (el 70 restante lo tienen los supermercados).

Por: Marta Péndola Periodista ASOF y Enrique Veloso Diez Periodista Lo Valledor.

Foto: Diario Tropezón: De Angélica Moreira Riquelme 33 años como trabajadora de Feria en Pudahuel Norte quien  trabajo arduamente durante caos dejado por el terremoto para abastecer de frutas a Pudahuel.