Saludos de Monseñor Celestino Aós O.F.M. CAP. Administrador Apostólico Arzobispado de Santiago

Saludos de Monseñor Celestino Aós O.F.M. CAP. Administrador Apostólico Arzobispado de Santiago
Monseñor Celestino Aós

Santiago, sábado 23 de marzo de 2019Hermanas y hermanos de esta Arquidiócesis de Santiago: Paz y Bien.

Cuando san Francisco de Asís mandaba a algún fraile, le decía: “Hermano, pon tu confianza en el Señor que Él te sostendrá”. He tenido que repetirme y tendré que seguir repitiéndome este consejo, ante la sorpresa de mi llamado para esta misión. Pero no es la hora de las palabras y de las condenas; es la hora de la colaboración, de poner cada uno lo que somos y podemos, aunque sea poco y pequeño, como en mi caso.

Quiero y debo conocer a esta Iglesia en Santiago, extensa y numerosa, con sus luces y sombras, con sus logros y carencias, con sus heridas y pecados ¡Y con sus cualidades y virtudes! Quiero mirar hacia donde el Espíritu Santo nos impulsa, ya que cerrar los ojos al prójimo nos convierte también ciegos ante Dios. El Papa Francisco, en su visita a Chile, y en la carta que después nos dirigió, nos anima a todos a ponernos en estado de oración, a buscar caminos de verdad y vida; a mirar hacia adelante, enmarcando las cosas donde tienen que estar “en su preciso y precioso lugar”: Jesucristo en el centro y todos nosotros miembros de su Iglesia. Trataré de seguir en mi lema de “amar y servir”.

La vida es exigente en el desierto de Atacama; de allá vengo, con ribetes de minerales y fascinación de luces y colores en cerros y valles; testigo de la fe recia y que se expresa coloridamente en bailes religiosos y piedad popular. Diré que me tuvieron paciencia y me estaban enseñando a vivir en atacameño; ahora espero que ustedes me tengan paciencia y me enseñen a vivir en santiaguino. Al comenzar este servicio les pido que recen por mí. Sé la verdad que encierran las palabras que nos escribió el Papa: “La renovación de la jerarquía eclesial, por sí misma, no genera la transformación a la que el Espíritu Santo nos impulsa. Se nos exige promover conjuntamente una trasformación eclesial que nos involucra a todos”. No podemos ser espectadores, debemos participar activamente “en involucrarse en una Iglesia con aire sinodal que sabe poner a Jesucristo en el centro”. Él salva. Precisamente para los jóvenes, en dos días más, tendremos el documento del Papa: Vive Jesucristo, esperanza nuestra.

Quiero saludar y ¡cómo me gustaría dar una abrazo a cada persona! a las hermanas y hermanos que sufren: enfermos y accidentados, ancianos y marginados, cesantes e inmigrantes, privados de libertad y, muy especialmente, a las víctimas de la violencia y a las víctimas heridas por los abusos de parte de los clérigos de la Iglesia. En la Cuaresma aprendemos cómo la cruz puede cambiar de sentido y pasar de instrumento de muerte a convertirse en árbol de vida y resurrección.

Hermanas y hermanos: no esperemos un mundo ideal, una comunidad ideal, un discípulo ideal o un obispo ideal para comenzar, desde ya, a vivir cristianamente y a evangelizar. Ayudémonos unos a otros y, bajo el amparo de la Virgen María, procuremos nosotros hacer el bien siempre y a todos.

+ Monseñor Celestino Aós O.F.M. Cap., Administrador Apostólico Arzobispado de Santiago.

Por. Comunicaciones Arzobispado de Santiago.