Política y gobernanza para el desarrollo: Arte, ciencia e industria

Política y gobernanza para el desarrollo: Arte, ciencia e industria
Omar Villanueva, Director General OLIBAR

Parte II.-  El Negocio Nacional de Gobierno y Empresas para llegar al Desarrollo Económico de Chile.

También, constatamos que durante la campaña se soslayó el tema de la corrupción y sus consecuencias económicas. Fueron casi 4 años en que se revelaron diferentes formas de corrupción, de robo, de aprovechamiento al límite del poder, en instituciones civiles, militares y religiosas. Tampoco se escaparon de delitos graves de colusión importantes empresas nacionales.

O sea, un período con atentados violentos contra la ciudadanía que no pueden olvidarse y que tomaron diferentes formas de negocios “ilícitos”, o a los que la mayoría de la población considera deleznable y contra los cuales: el nuevo gobierno, la nueva legislatura, poder judicial y los mismos empresarios debiera actuar con el máximo vigor.

Los otros negocios del Estado Nación. Creemos que el nuevo gobierno deberá tener presente hechos como los anteriores y entender que hay negocios legítimos y negocios ilegítimos, y que éstos deben ser perseguidos con prontitud y que sus penas deben ser cuantiosas en dinero y en privación de la libertad, y asimismo que se debe seguir lo que establece el   Artículo 19 de la Constitución, que está vigente, y que asegura a todas las personas, en su inciso “21°.  El derecho a desarrollar cualquiera actividad económica que no sea contraria a la moral, al orden público o a la seguridad nacional, respetando las normas legales que la regulen.” Y que, por otra parte, señala que “El Estado y sus organismos podrán desarrollar actividades empresariales o participar en ellas sólo si una ley de quórum calificado los autoriza. En tal caso, esas actividades estarán sometidas a la legislación común aplicable a los particulares, sin perjuicio de las excepciones que por motivos justificados establezca la ley, la que deberá ser, asimismo, de quórum calificado;” por ende la responsabilidad del crecimiento y desarrollo está asignada ineludiblemente en el sector privado como mandato de la Constitución vigente.

Por lo tanto, el próximo Gobierno, dada sus atribuciones, si bien puede hacer mucho para el desarrollo económico especialmente en cuanto fomentar el crecimiento de las actividades privadas, mas son los privados quien tiene o tenemos la responsabilidad de generar inversiones   hacer crecer la economía, innovar, emprender e impulsar el desarrollo económico de la nación, lo que al parecer olvidaron todos o casi todos  entre los años  2014 y  2017 y es de esperar que después de tanto tiempo sin ejercitarlo se recuerde como hacerlo.

Los aportes requeridos para llegar a ser un país desarrollado económicamente. En artículos siguientes continuaremos comentando de qué manera la política, los partidos, el gobierno, la legislatura, la judicatura económica y otros organismos forman parte del aparato económico nacional y que deben estimular un nivel de crecimiento necesario, para llegar a ser en algún momento un país desarrollado. Por eso, es conveniente que cada negocio sea rentable (ingresos superiores a los costos y obtener una rentabilidad aceptable para el capital arriesgado) de manera que crezca su aporte al crecimiento de la economía. También, es necesario resaltar que las recetas tradicionales de crecimiento económico – de economistas tradicionales – ya no sirven para llegar a ser un país desarrollado. Insistimos en que: tasas de crecimientos del PIB de 3% o 4% anuales son insuficientes y que seguir principalmente con explotación de materias primas y dependiendo de un oscilante precio del dólar u otros similares es casi una ingenuidad en la actual sociedad del conocimiento y de la ineludible revolución tecnológica económica ya acelerada. 

El crecimiento verdadero, base necesaria pero no suficiente para ser desarrollados, procederá de cambios profundos en hacer nuevos negocios nacionales, pero que tendrán que tener una proyección internacional aplicando innovación desconocida hasta ahora.

Y tenemos dudas razonables a base de evidencias de nuestros estudios – sobre la realidad y los futuros posibles – que en las actuales condiciones se tengan la voluntad, la convicción y las capacidades necesarias – de los actores y directivos privados y públicos – para arriesgarse a ser “revolucionarios e innovadores” en la economía nacional, para así crecer a tasas muy superiores que son las únicas que permiten llevarnos al anhelado desarrollo para todos, del que ya muchos afortunadamente disfrutan en Chile.

Sabemos que vivir en un Chile Desarrollado es posible pues ya lo están logrando otros países…  y que partieron mucho después que nosotros. 

 ?Por: Omar Villanueva Olmedo Director OLIBAR (*) Lic. Ing. Universidad de Chile